
Quienes fuimos niños durante la dictadura recordamos un periódico singular: El Caso. Aquel semanario lleno de crímenes escabrosos era un éxito de ventas. Mientras relataba con detalle sangrientos asesinatos, robos, secuestros y desapariciones, guardaba un silencio absoluto sobre el crimen mayor y estructural que organizaba la vida de todos: la propia dictadura. El horror privado ocupaba el espacio público; el horror político quedaba fuera de plano.
