
Ya siento sacar esto un sábado, pero los datos confirman lo que todos habíamos sospechado desde que existe algo parecido a un calendario: que los lunes son odiosos. En ese día funesto la ansiedad se dispara, el estrés se agudiza y la probabilidad de infartos y demás eventos cardiovasculares aumenta en casi un 20%. De los suicidios ni hablemos. Menos mal que este año la Navidad cae en jueves.
